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Mi nombre jamás fue leyenda, ni me proclame héroe en ninguna guerra.
Y aunque el tiempo no nos engaña, se sabe que la vida está sembrada de mentiras.
Algunos se aferran a ellas, cabalgando en unicornios de plata. Con la firme esperanza de que el fuego del infierno nunca les alcanzará.
Senderos plagados de rabia, que ni apagan ni apaciguan esa fragua. Qué trabaja de día, de noche, de madrugada.
Mi nombre jamás fue leyenda aunque anduvo en miles de batallas. Ni fui héroe de conflictos o venganzas, pero en duelo de palabras y librando cadenas. Alcance el reconocimiento que se me otorga.
Sutil como la daga que atraviesa al alba, en la espesura de la niebla que no verá un mañana.
Con el sigilo de la Yedra que envuelve columnas atormentadas, las abraza y las calma ocultando su desesperanza.
No hay tempestad en la brisa calma, ni verdad que se oculte en el filo de la guadaña.
Los guerreros de lo obsceno se desarman entre ellos.
Por qué mi nombre jamás fue leyenda pero entre todos ronda su conciencia , me alabán me desprecian y me engañan. Me reclaman con temor con indulgencia. Mi nombre es Honor..
