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domingo, 29 de mayo de 2011

El robo de la marea


Hoy siento como la marea
arranca un trozo de mi corazón,
arrastrándolo mar adentro
para que navegue sin timón.
La esencia se ha quedado en tierra,
la que riego con mi sudor.
Donde germinan las semillas
que he sembrado con ilusión.

Los días crecerán despacio
al amparo del sol.
Las tardes caerán esperando
una lluvia de estrellas en tu honor.
La luna marca el sendero
por donde fué mi corazón.
Si tienes la suerte de encontrarlo
explícale que es lo mejor.
Que cuando uno se libera
se expresan con mayor claridad
los sentimientos que no encuentran
la puerta por donde deben entrar.

Si quieres hoy te espero
a las orillas del mar.
Para enviar a otro naufrago
que aprenda a navegar.
No olvides que tu esencia
a la mía acompañará.
Crecerá el jardín de ilusiones
que al final fruto recogerá.

Volverán los días despacio
las tardes ahora agradecerán
que llegue la noche sana
donde la luna alumbrará.
El camino que seguimos
en busca de la libertad,
de los sentimientos perdidos
que poco a poco encontrarán,
el sendero del retorno,
ahora limpio el pedregal.
Las puertas que estaban cerradas
y que ahora se abrirán.

El viento sopla a brisa
con recuerdos de vendaval.
La mirada hundida en el horizonte
buscando la claridad.
Que despacio aparece,
que despacio marchará.
Para dar de nuevo paso
a la iluminada oscuridad.
Por la luna que nos vela
y que siempre guiará,
a los náufrago de sueños
que algún día volverán.

Aliados del destierro
que nunca preguntaron por qué.
Los desterraban de sus sueños,
los desterraban al nacer.....
Desterrados a una tierra
que la tierra desterró.
Por ausencia de la esencia
que el destierro provocó.
En su sueño está la esencia
que el destierro ausentó.
El soñar con una tierra
que el destierro abolió.

Aliados del destierro
que de él hicieron fé.
Desterrados de sus sueños,
desterrados al nacer.....

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