La Luna en nuestras manos

Mirad como sangra la luna 
con los pies clavados en el lodo 
y  las manos entumecidas por el frío, 
aferradas a una alambrada de cuchillos. 
Con la inclemencia del tiempo en contra, 
con la esperanza pisoteada por la burocracia 
y el espíritu martirizado por la inclemencia humana. 
Que culpa tiene ella 
de encontrarse en esta estampa, 
que suerte la ha llevado 
a ser testigo de tanta desgracia?. 
Escuchad como clama su voz, 
no es clemencia lo que pide, sino comprensión. 
Desterrada de una injusta nación 
y condenada a sufrir sin razón. 
Se ahoga en su propia agonía 
sin respeto a su dolor, 
la tortura de la indiferencia 
le está partiendo el corazón.
Mirad como sangra la luna, 
pues su sangre mancha vuestras manos. 
En el barro que se ha mortificado 
la verdad y los sueños son enterrados. 
Sin aliento grita al cielo, 
por que el mundo se ha blindado, 
tan solo quiere escapar 
para dejar de sangrar.
Huele a frío y sabe a llanto 
el lamento de los huérfanos, 
que se arropan con el manto 
de la luna que hace caso.
Mirad como sangra la luna 
que yace sin lecho y hace cuna, 
a la luz de las hogueras 
que no entienden a esta tierra. 
Sin abrigo y sin consuelo 
abandonaron lo que fueron 
huyendo del fuego y la metralla 
para lidiar en esta batalla. 
La deshonra de los pueblos 
hace mella en sus heridas 
que por un poco de dinero 
especulan con sus vidas. 
Sendero negro al que los guían 
los mercenarios de la hipocresía, 
los amantes de sus fuentes 
que hoy ni tan siquiera quieren verles.
Mirad como sangra la luna, 
pues sus lagrimas se han secado. 
El llanto es fútil en el acero 
y la sangre empaña los noticiarios.
Solidaria de una causa 
que con mentiras han arropado, 
siembra dudas de un letargo 
que empieza a ser demasiado largo.
Mirad como sangra la luna, 
hasta el día que deje de sangrar. 
Bien por que sanen sus heridas, 
bien por que ya no aguante màs.