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sábado, 19 de septiembre de 2015

LAS PUERTAS DE LA VERGUENZA

guassobeybe.blogspot.com

Siento la no extraña sensación de vergüenza ajena y propia, al mismo tiempo. Propia por no ser capaz o no saber como ayudar más en esta situación y ajena por ver como actúan los que sí tienen las herramientas, para enmendarla o por lo menos hacerla más llevadera y creo que no están haciendo lo suficiente. No entiendo como se puede permitir que traten de esta manera a la pobre gente que hulle del horror de la guerra. Que salen de una pesadilla, dejando atrás todo lo que tuvieron, lo que fueron. Su pasado y su presente, una vida que se les torno imposible. Para buscar una alternativa en un continente "sin conflictos", donde "se respetan" los derechos humanos, países miembros de las naciones unidas; países "amigos". Y entren en otra: Países que cierran sus fronteras, que niegan su ayuda a los que la necesitan. Países que se rigen por una burocracia, que anteponen a las vidas humanas. Al dolor de los que ya nada más que les queda eso y quizás un suspiro de aliento que se evaporará si consiguen llegar a su destino soñado. Que los reciben con gases lacrimógenos (Hungría), con gas pimienta (Croacia), para que no atraviesen sus fronteras, que los tratan a palos e incluso los encarcela. Cuando millones de personas estamos dispuestos a ofrecerles nuestra ayuda, asilo, lo que esta en nuestras manos. Los gobiernos los retienen, más bien se olvidan de que están ahí, mientras se ponen fechas para decidir que es lo mas sensato que se puede hacer. Mientras tanto, cada vez son más los que se van agolpando a las "puertas de la vergüenza", del viejo continente, donde todos tienen los mismos derechos y se respetan. Personas ya sin aliento, niños, mujeres, ancianos, hombres hechos y derechos. Ahora derrotados con la incredulidad en los ojos de ver que no hay humanidad, que los repudian como si fueran peste, cuando ellos lo único que pretenden es vivir. Encontrar un lugar sin conflictos, en un lugar seguro de las bombas, en cualquier lugar que puedan despertar con la tranquilidad de tener a los suyos cerca y respirar paz. Pero donde puedan encontrar una estabilidad. No abandonados en las fronteras, sin agua, ni alimentos, ni ropa, ni techo, ni la más remota posibilidad de poder asentarse en algún sitio. Pronto llegará el frío y si no abren los pasos hacia toda Europa, habremos mucho de lamentar. Lo pero de todo es que quién más lo va a lamentar es quién ya lo esta sufriendo. Por haber confiado en la bondad de las personas, bondad que no ha encontrado, por culpa de las estrictas leyes burocráticas que rigen este continente. Por que excluyendo a los inhumanos políticos que nos rigen y no agilizan soluciones a este conflicto, si hay muchas personas bondadosas y solidarias, dispuestas a ayudarlos. Debemos vernos obligados a prestarles ayuda, por humanidad, por que si no, ¿que clase de valores nos representan?.
 Seguramente los burócratas de los gobiernos, estén esperando el mejor momento para mover ficha. Pensaran que es mejor que se sigan muriendo y matando entre ellos. Y que cuando el país este ya destruido y tan solo queden rescoldos, lleguen ellos hagan una labor de limpieza a fondo con unas poquitas bomba, lleven a sus soldaditos a imponer orden y dispongan como se ha de reconstruir el país. Eso si, con el respaldo y asesoramiento de los que les han prestado ayuda con cuentagotas y contratos con la distribución de la materia prima (Gas y petróleo).
Me gustaría que se aplicara una solución acorde a la necesidad. Ya habrá tiempo de "echar cuentas", pero todo el tiempo que se tarde en aplicar alguna solución. Está repercutiendo en gente inocente.

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