Remanso de paz o campo de batalla

Los resquicios de luz atendian timidamente entre el entramado de ramas y un espeso follaje.
La calma y el reposo de las aguas invitaba a despertar una ausencia que pudiera ser la envidia
de todo cuanto pudiera acontecer, de los helechos vigorosos y los zarzales impenetrables, de los
roedores inoportunos o de las alimañas en busca de presa, nunca entró la mano del hombre
en la agenda del lugar.
Tormenta de dardos envenenados que no perfora
la sombra de las palabras, tempestades voluptuosas que se apagan ante la espada levantada
de una esperanza que crece en el corazón de los estos.
Justicia y paz o guerra contra la injusticia,
derechos y obligaciones por igual para todos o boicot a la indiferencia.
Salve de miradas que no entienden y que callan,
salto de alambradas que denuncian cuanto falta.
Remanso sordo que acoje la congoja, que depura la ignorancia
y que escribe entre baladas una historia de batallas.
En su aura flota la armonía, cuando antes fué agonía.
En su fondo forma lodo de las cenizas de los modos,
La caida de una hoja, toca la superficie y hace onda,
que se abre sin complejos, viaja lento y hacia lejos.
La conciencia toma forma, de una forma inusual,
demasiada leña quemada que sigue ardiendo en el interior,
mientras caen inflamables cargas que alimentan sin pudor
el odio, la envidia, la avaricia....nada nuevo a lo mejor.
Pero el tiempo ahora escrito aún está en el borrador.
Se puede continuar en el remanso de paz
siempre y cuando se respete la libertad de los demás.