La inocencia reflejada, a traves de su mirada. Una sonrisa que acaricia...sopla a viento y sabe a brisa.
Una dulzursa inusitada... cuando habla, cuando calla. Un alarde de grandeza que me deja de una pieza.
Vino un martes de madrugada ...........a mostrarnos la esperanza......, pero no fué hasta la mañana que disfrutamos su llegada. Desde sí hasta la fecha, se fijó como pilar...que sostiene y nos da fuerzas cada día para luchar. Es el argumento de mi vida, por el que sostengo la mirada, por el que me parto los riñones...y hasta el alma si hace falta.
Por mi hijo.
y él estará orgulloso de su padre :)
ResponderEliminarte felicito; un abrazo