Un retazo de la vida

Hay muchos momentos en la vida en que no nos paramos a ver, que tenemos alrededor, la mayoría diría yo. Viajamos absortos en nuestras propias preocupaciones, sin darnos cuenta de que lo que realmente importa es saber ver el lado positivo de las cosas. Los pequeños detalles que nos rodean. Las fachadas de los edificios, las tiendas, las personas de nuestro barrio y el medio en el que nos desenvolvemos. Si nos parasemos de vez en cuando a analizar los momentos mas inverosimiles, nos dariamos cuenta, de que todo lo que realmente necesitamos, está a nuestro alrededor. Sentir como se armonizan los elementos con los que nos desenvolvemos en nuestro dia a dia. Como suena una canción en la emisora de una radio comarcal, que alguna cuadrilla de albañiles escucha mientras levanta los cimientos de una casa, para que el dia de mañana aloje quién sabe a quién.
El saludo afectivo de personas con las que apenas conversas, la lluvia incesante de rayos de sol que abrasa sin pudor. El aroma a perfume barato de alguno o alguna persona a la que debe de habersele vertido el bote de colonia encima. El paso desacelerado de los jubilados o algún espontaneo ciclista que piensa que algo de deporte no le vendrá mal a su desgastado cuerpo por el abusivo corretaje que le hace a las hamburguesas. Siempre se da una convergencia de elementos acorde a la situación, solo debemos aprender a distinguirlos en su justa medida. Para que asi llenen los espacios que creemos vacios, por el mero hecho de no saber identificarlos. Bueno, más que no saber, diría no detenernos a comtemplarlos. Siempre se puede encontrar el equilibrio en una balanza, nuestra balanza más precisa, es la vida.