Aguas a su cauce

Las aguas regresan a sus cauces. Los torrentes desbocados se apagan cual bomba estalló y arrojó desolación, en un campo donde volverá a nacer la vida. La calma se abre a un nuevo despertar. los cristales rotos se recogen y regresa el brillo de una luz que se torno opaca. El mal que viajó,se retuerce de dolor en su propio vértigo y la podredumbre sirve de abono en un mar de ilusiones contaminado por la imperiosa necesidad de regeneración. El sol ya no quema y calienta con dulzura las traviesas del laberinto que conducen al stand de la paz, donde el flujo es etéreo y se respira armonía y equilibrio. El bastión negro, levantado con la intolerancia  y el despotismo ahora se acurruca en un rincón, temeroso de su propia decadencia y consciente de que la espada de Damocles, ha llegado para impartir justicia. Y se cierne sobre sus cabezas, como por sus cabezas pasaron infinidad de injusticias llevadas a termino. No hay vencedores ni vencidos, cuando todos han perdido. Pero la sangre derramada deja huella en una estampa que aunque quisieramos borrarla no cambiaria nada. Por eso hay que seguir de frente, ampliando horizontes bajo cielos despejados, por senderos que creemos sin adueñarnos de lo ajeno y aunando nuestro esfuerzo. Por que si algo que esta claro, es que todo es cíclico. Todo lo que comienza termina y todo lo que toco fin tuvo un principio y tan cierto como eso es que todo lo que se hace mal. Mal acaba.